jueves, 12 de febrero de 2015

No te gusta la Ciencia Ficción ¿en serio? (parte I)

"No me gusta la ciencia ficción". La afirmación siempre me hace enarcar una ceja. Cada cual con sus filias y fobias pero no puedo evitarlo, me suena demasiado maximalista. Yo tampoco soy un fan de los musicales, por un poner, pero es de recibo saber apreciar grandes obras como "West Side Story" o "Los Miserables". Sin embargo, con las películas de ciencia ficción (no hablemos ya de novelas), no suele haber el beneficio de la duda.

Normalmente los argumentos en contra suelen repetirse: No me gustan las naves espaciales. Y no es real.

El primero se basa en confundir la ciencia ficción con "La Guerra de las Galaxias". Y vale la mítica saga de películas marcó una generación y es un referente cultural pero desde luego no representa todo el genero.

Lo de "no es real" suena aún más peregrino. Especialmente cuando los que lo esgrimen suelen ser fans declarados de "Juego de Tronos" o "The Walking Dead". Y es que en ambos ejemplos concurren dos elementos que se repiten en gran parte de la ciencia ficción. Un entorno irreal (Poniente o un mundo de zombies postapocaliptico) en el que los personajes se desenvuelven con una gran credibilidad.

Para los recalcitrantes empleo un pequeño recetario que hasta ahora suele funcionar bastante bien. Bueno seamos sinceros, lo máximo que he conseguido es despertar un poco de respeto por el genero. Lo que tampoco esta del todo mal. Aquí va la primera perla

GATTACA (o el capitalismo genético)

Conozco poca gente que no haya disfrutado con esta joya, poco conocida para los profanos de la ciencia ficción. El cartel con Ethan Hawke, Uma Thurman o Jude Law augura una gran película (que desde luego no defrauda).

En un mundo en que la genética ha progresado enormemente la mayoría de las parejas eligen concebir in vitro para que la selección de genes de sus vástagos sea lo más óptima posible. ¿Quién no querría eliminar el riesgo de una posible afección cardíaca, un tendencia a la depresión o problemas de vista? ¿Y qué sucede si las empresas consideran el potencial genético como parte crítica de sus procesos de selección?

El resultado sería que los concebidos de manera natural serían no validos. Relegados a la base de la pirámide social condenados a los trabajos más desagradables. Sin igualdad de oportunidades se quiebra el sueño americano y surge la neurosis por el emparejamiento con el fin de obtener los mejores genes posibles. En ese mundo, Vincent un joven concebido solo por amor, lucha por perseguir su imposible sueño de viajar al espacio.

Una conmovedora historia en un mundo distópico aterradoramente plausible. Además de un gran reparto se trata de una ciencia ficción tremendamente cercana (nada de rayos láser) y sorprendemente creíble (guión y reparto colaboran) apoyados en una acertadísima banda sonora.