domingo, 27 de diciembre de 2015

Show Me a Hero

"Muéstrame un héroe y te escribiré su tragedia" presagia un periodista a propósito del nuevo alcalde de Yonkers (Nueva York) Nick Wasicsko. Pero el joven nuevo alcalde no es ningún héroe. En este relato de seis episodios de la HBO nadie lo es.

Con precisión de cirujano, dirigida por Paul Haggis y creada por David Simon y William F. Zorzi, esta miniserie disecciona los problemas de una comunidad de Nueva York cuando una sentencia judicial obliga a construir viviendas protegidas (en su mayoría de negros y latinos) en barrios de clase media blanca.

No es una historia de buenos y malos. Por supuesto hay racismo y desconfianza. Hay mucha política, pero no de grandes discursos, sino la de quienes su verdadera preocupación es garantizarse mantenerse en el candelero, y en especial hay mucha incomprensión e intolerancia entre personas que son mucho más parecidas de lo que creen. En definitiva un puñado de historias humanas que se entretejen y evolucionan dando un amplio tapiz que abarca un problema complejo desde muchos puntos de vista.

Como casi todo lo que toca la HBO en general y David Simon (The Wire) en particular, es de visionado obligatorio. 

viernes, 23 de octubre de 2015

Empresario Individual vs Sociedad Limitada


Como Empresario Individual es mucho más fácil crear y gestionar una empresa. Sin embargo la fiscalidad es más dura y la responsabilidad personal ilimitada la convierte en poco adecuada para grandes negocios.

Por otro lado crear una Sociedad Limitada es un proceso más lento, cuyos trámites resultan más laboriosos. Y los esfuerzos de gestión puramente administrativos son más rigurosos. Sin embargo, la imagen de un SL otorga más seriedad que la de un Empresario Individual. Por lo que facilitará trabajar con la administración o captar fondos para la financiación. Además la protección en caso de que las cosas se tuerzan es mayor.

Todo depende del caso individual. Pero para pequeños proyectos la recomendación general es comenzar como Empresario Individual y en función del desarrollo del negocio dar el paso hacía una Sociedad Limitada.

¿Cuándo dar el paso?

Existen muchos motivos. A veces los pedidos de los clientes exigen asumir riesgos cada vez mayores. Por lo que es preferible estar mejor protegido. También resulta útil para pagar menos impuestos en el caso de que las cosas marchen bien. Otras veces es solo una cuestión de imagen. Existen clientes y concursos fuera del alcance de los empresarios autónomos. Además es una buena solución si lo que buscas es dar entrada a nuevos socios. Por último también es necesario para lograr captar esas inversiones que te permitan seguir creciendo.

Imagen con derecho Creative Commons de Tim Green

domingo, 2 de agosto de 2015

Una serie para emprendedores: Silicon Valley

- Gracias por venir chicos. Tenemos mucho que hacer así que empecemos.
- Estupendo.
(Silencio incomodo)
- Yo, vale, bien. Nosotros estamos muy ilusionados con el proyecto.
- Ya. ¿Quiénes sois vosotros?
- Pues yo, el, y los chicos que están en la casa.
- ¿Chicos? ¿Qué chicos? ¿Quién es este?
- Erlich Bachman soy un emprendedor como usted. Richard diseñó "El Flautista" viviendo en mi incubadora por lo que conforme a nuestro acuerdo poseo el 10% de la compañía.
- Te pagaré 200.000 por un 5% y le darás a él el doble a cambio de un futón y unos sándwiches.
- En realidad señor, mis inquilinos se pagan la comida.
- ¿Qué otros porcentajes has asignado? ¿Puedo ver tu capitalización, inversión inicial, plan de negocios u otro documento relevante que hayas preparado?
- Yo venía con la idea de qué veníamos aquí, decíamos hola y recogíamos el cheque.  Es que no sabía que tenía presentar nada de eso.
- ¿Presentar? Esto no es la universidad, no voy a darte un temario del curso. Has renunciado a 10 millones de dólares por quedarte con "El Flautista". ¿Por qué has renunciado a ese dinero? ¿Qué es esta compañía? ¿Qué he comprado?
- Pues el algoritmo. 
- Nooo. El algoritmo es el producto de la compañía. Eso ya lo sé. Te pregunto por la compañía en sí misma. ¿Quiénes son ellos? ¿Qué es lo que hacen? ¿Son esenciales o solo les das un porcentaje como has hecho con este...? Hay que establecer todo esto. Y ahora. 
- Cuando usted dijo que nos guiaría en este asunto pensé que iba a usted a guiarnos en todo esto.
- No puedo guiarte hasta que me des algo sobre lo que guiarte. Esto tiene muy mala pinta. Parece un inconsciente. ¿Acabas de dar un sorbo a una taza vacía?
- Si
- ¿Por qué haces eso?
- Por hacer algo
- Vuelve dentro de dos días con un plan de negocio preciso, una estrategia de mercado clara, y los balances de tres años o no habrá ningún cheque. He dicho.


El dialogo pertenece a la excelente serie de la HBO "Silicon Valley" que trata de una manera divertida (a menudo desternillante) los problemas de una emergente starup en la meca de la tecnología en la Bahía de San Francisco en California.

Sin embargo, bajos toneladas de bromas, parodias de la obsesión de los californianos por el wellness y los chistes frikis al más puro estilo Big Bang Theory, se esconden muchos de los problemas que enfrenta un emprendedor en su proceso de convertir una idea en una compañía de éxito. Más que recomendable, imprescindible.

Imagen panorámica de Silicón Valley con derechos Creative Commons de la Wikipedia.

miércoles, 15 de julio de 2015

Publicidad mal

Con ojos llorosos el espectador contempla, a punto de caramelo, el momento cumbre de la historia. Después de hacerle pasar las de caín, nuestro héroe, que gracias al buen hacer de actor, director y guionista sentimos como alguien cercano, esta apunto de conquistar su meta. Nos acercamos al desenlace del relato que contemplamos con los nervios a flor de piel. Y de repente "volvemos en 6 minutos".

Entran los anuncios publicitarios cual elefante en cacharrería, con toda la fanfarria, y a todo volumen (pésima costumbre subir el sonido en las pausas publicitarias) para explicarnos las bondades de lo último en detergente. Maldices su marca y prometes que no comprarás nunca más ese producto. Al cabo de un rato cansado del bombardeo te acercas a las propuestas televisivas de otros canales. La magia ha desaparecido, la vinculación emocional con la historia se diluye, pasados los seis minutos de rigor vuelves a la película pero no es lo mismo. Es un tramite con afán finalista, el "ver como acaba". Sin embargo, pasados los primeros compases aparece de nuevo el "volvemos en 1 minuto". En estos momento, hastiado de los "consejos" publicitarios, claudicas y apagas la tele.

Es evidente que sin los beneficios de la publicidad no sería posible sostener la película ni el canal que la emite. Dicho lo cual, es una forma horrible de anunciarse. Hace años cuando había pocos canales, cuando la publicidad no nos bombardeaba (o nuestra tolerancia era más alta), cuando internet era una rareza, tenía sentido. Es más, incluso los anuncios de televisión se veían con verdadero interés. Ahora se perciben como algo que se interpone entre el espectador y aquello que desea ver. Un obsceno gesto de un patrocinador que es tan rico como para permitirse interrumpir con sus groseros anuncios nuestro disfrute.

Se trata de una forma extremadamente cara, y cada vez menos efectiva, de anunciarse en la que se insiste de forma recalcitrante. No importa que los más jóvenes consuman cada vez menos televisión. Erre que erre el elefante sigue su marcha olvidándose de que incluso los elefantes deben aprender a bailar.

Imagen compartida con licencia Creative Commons de Nick Thompson

miércoles, 24 de junio de 2015

Los jefes también lloran

La ansiedad, depresión y estrés cuestan cada año unas pérdidas de 90.000 millones de euros a las empresas españolas, según cita Alianza para la Depresión, fundada y presidida por Jaime Smith.

Cambios constantes, frustración por que las ventas no despegan, sensación de bloqueo, miedo a perderlo todo. Un emprendedor esta en el ojo del huracán de todas las situaciones susceptibles de causar estrés, con el agravante de sufrir la soledad del jefe.

No conozco ningún emprendedor que no subraye la importancia de su familia a la hora de montar su negocio. Es necesario la implicación emocional y el imprescindible refuerzo de padres, hijos o pareja. Hasta el punto de que no contar con el apoyo de ninguno es un motivo suficiente para no emprender.

También resulta fundamental reservar un tiempo para otras actividades que “despejen” la mente. Para un emprendedor su negocio no solo es un trabajo, es su vida, parte de sus sueños y proyectos. No deja de pensar en ello mientras se ducha, cuando prepara la comida, incluso cuando ve una película. Pero esa motivación es un arma de doble filo. Y no conviene minusvalorarlo. El “ya descansaré cuando haya muerto” suena muy bien, pero si el jefe no duerme bien (en el mejor de los casos) o sufre ataques de ansiedad (en el peor) desde luego tendrá muy difícil hacer bien su trabajo. No importa el lugar o el momento, pero siempre guarda y respeta un tiempo sagrado para desconectar del día a día.

Imagen de kroszk@ compartida bajo licencia Creative Commons

domingo, 31 de mayo de 2015

El lado oscuro de la Red

Es evidente que Internet, por su bajo coste y alto potencial de comunicación, es ideal para la mayoría de los negocios que empiezan. Los consultores McKinsey & Company en su estudio sobre la Web Social apuntan que existen una correlación directa entre una buena estrategia social en la Red y un aumento en las ventas. Gracias a lo cual muchos modelos de negocios, que antes no eran posibles sin una gran inversión, han encontrado su espacio en Internet. Sin embargo, la Red resulta también un arma de doble filo, ya que un uso indebido puede resultar perjudicial, e incluso letal, para el negocio.

No se trata de estar por estar, hay que saber dónde estar y para qué. De las posibilidades que ofrece la Red, como una página web, facebook, twitter, flickr, google+, etc. no todas tienen que ser recomendables para todas las empresas.

Por tanto, si tienes intención de tener una presencia en Internet, hazlo solo en aquellas Redes Sociales en las puedas invertir el tiempo necesario para monitorizarlas, generar contenidos e interactuar con los usuarios y potenciales clientes.

Y es que en el peor de los casos puede ocurrir como a los responsables de la sala gasteiztarra The Group*. Su problema fue que en la red social para jóvenes Tuenti, corrió el bulo de que la seguridad de la sala era deficiente. Comentarios que se extendieron a toda velocidad, en los que al final se afirmaba que el local se traspasaba, una mentira en el momento en el que se difundió, pero que después de que la gente lo creyera y dejara de ir se convirtió en realidad.

* Noticia publicada por el diario noticiasdealava.com el 08/11/2011 por lo que no es posible adjuntar el enlace a la noticia aunque si al menos un enlace a su repercusión en el popular portal de noticias "menéame".

Imagen de Andre Vandal compartida con Licencia Creative Commons

viernes, 6 de marzo de 2015

Mulero Bancario

El termino mulero, tradicionalmente asociado al mundo de la droga, amplía sus acepciones. Hasta ahora era habitual para referirse a los que contratan a un tercero ("mula") para transportar droga. En la actualidad se está empezando a popularizar el termino de "mulero bancario" o "mulero informático".

"Estimado cliente

Tras un fallo tecnico en nuestra red informatica estamos obligados informarle como cliente de nuestra sucursal bancaria que estamos insertando un nuevo programa de seguridad para hacer mas viable y seguras todas sus operaciones. (...)

Para confirmar la reactivaciуn por favor descargue y complete el formulario adjuntado a este correo electronico."

Todos hemos recibido alguna vez un correo similar. Aunque escama al más incauto es indudable que aunque solo sea por el volumen de mails enviados algunos tienen éxito. La idea es suplantar la identidad de un banco o caja para robar nuestros datos. Una técnica que se conoce como "Phising". Sin embargo los ladrones no pueden limitarse a vaciar la cuenta bancaria de su víctima, ya que eso dejaría un rastro. Para ello necesitan la concurrencia de un tercero. Aquí es donde aparece la figura de la "mula bancaria".

Bajo cualquier pretexto (una oferta de trabajo falso, ayuda para una dudosa transferencia de una ONG, etc.) el mulero recibe una suculenta comisión (de entre el 10-15%) por acceder a sacar el dinero del país, a menudo, con empresas de envío de sistema de pago como "Western Unión". Las cantidades, inferiores a 3000€ no exigen justificar la procedencia. Y de esta forma los ladrones (están apareciendo muchos focos en países del Este) obtienen su botín.

Los autores intelectuales de la estafa permanecen bastante seguros en un país lejano, pero para el mulero (consciente o no de su implicación) acaban de comenzar sus problemas. Y es que para la Guardia Civil es muy fácil identificar al intermediario.

Una vez en el punto de mira de las autoridades al "mulero" le espera un proceso judicial harto complicado. El desconocimiento del origen del dinero o su destino final no suele ser un eximente (en ese sentido, los jueces están endureciendo sus sentencias). Y es que la actitud de no sabía y sobretodo "no querer saber" puede salir muy cara.

Nota: Imagen de Pablo Ruiz Múzquiz compartida con licencia Creative Commons

jueves, 12 de febrero de 2015

No te gusta la Ciencia Ficción ¿en serio? (parte I)

"No me gusta la ciencia ficción". La afirmación siempre me hace enarcar una ceja. Cada cual con sus filias y fobias pero no puedo evitarlo, me suena demasiado maximalista. Yo tampoco soy un fan de los musicales, por un poner, pero es de recibo saber apreciar grandes obras como "West Side Story" o "Los Miserables". Sin embargo, con las películas de ciencia ficción (no hablemos ya de novelas), no suele haber el beneficio de la duda.

Normalmente los argumentos en contra suelen repetirse: No me gustan las naves espaciales. Y no es real.

El primero se basa en confundir la ciencia ficción con "La Guerra de las Galaxias". Y vale la mítica saga de películas marcó una generación y es un referente cultural pero desde luego no representa todo el genero.

Lo de "no es real" suena aún más peregrino. Especialmente cuando los que lo esgrimen suelen ser fans declarados de "Juego de Tronos" o "The Walking Dead". Y es que en ambos ejemplos concurren dos elementos que se repiten en gran parte de la ciencia ficción. Un entorno irreal (Poniente o un mundo de zombies postapocaliptico) en el que los personajes se desenvuelven con una gran credibilidad.

Para los recalcitrantes empleo un pequeño recetario que hasta ahora suele funcionar bastante bien. Bueno seamos sinceros, lo máximo que he conseguido es despertar un poco de respeto por el genero. Lo que tampoco esta del todo mal. Aquí va la primera perla

GATTACA (o el capitalismo genético)

Conozco poca gente que no haya disfrutado con esta joya, poco conocida para los profanos de la ciencia ficción. El cartel con Ethan Hawke, Uma Thurman o Jude Law augura una gran película (que desde luego no defrauda).

En un mundo en que la genética ha progresado enormemente la mayoría de las parejas eligen concebir in vitro para que la selección de genes de sus vástagos sea lo más óptima posible. ¿Quién no querría eliminar el riesgo de una posible afección cardíaca, un tendencia a la depresión o problemas de vista? ¿Y qué sucede si las empresas consideran el potencial genético como parte crítica de sus procesos de selección?

El resultado sería que los concebidos de manera natural serían no validos. Relegados a la base de la pirámide social condenados a los trabajos más desagradables. Sin igualdad de oportunidades se quiebra el sueño americano y surge la neurosis por el emparejamiento con el fin de obtener los mejores genes posibles. En ese mundo, Vincent un joven concebido solo por amor, lucha por perseguir su imposible sueño de viajar al espacio.

Una conmovedora historia en un mundo distópico aterradoramente plausible. Además de un gran reparto se trata de una ciencia ficción tremendamente cercana (nada de rayos láser) y sorprendemente creíble (guión y reparto colaboran) apoyados en una acertadísima banda sonora.

martes, 13 de enero de 2015

Fracaso y emprendedores

Es imposible hablar sobre empresas y emprendedores y no hablar del fracaso.

Y es que podemos hacerlo todo bien. Nos esforzamos al máximo, interiorizamos las mejoras prácticas, nos rodeamos de un equipo excelente y escuchamos el consejo de los expertos. Y sin embargo, llegado el momento, por una causa u otra tenemos que cerrar nuestro negocio.

Fracasamos. Y todo el mundo sabe que solo fracasan los perdedores, los que son débiles, los tontos. Cuando llegamos a esa conclusión, aprendemos que fracasar es humillante, y dejamos de intentarlo.

No siempre fue así. Cuando éramos niños entendíamos que teníamos que caernos antes de aprender a caminar, que rompernos el corazón antes de enamorarnos. Pero en algún momento, cuando nos hicimos adultos, olvidamos que el fracaso es necesario para el éxito.  

En 1920 Walt Disney y su socio Iwwerks fundaron "Iwerks-Disney Commercial Artists" pero sin apenas clientes se vieron obligados a abandonar. Dos años más tarde, después de una experiencia en Film Ad, Disney volvería a intentarlo con Laugh-O-Gram Films, Inc. En junio del 1923 declaró el estudio en bancarrota. Entonces Disney vendió su cámara para reunir suficiente dinero para trasladarse a Hollywood, donde fundó la Disney Brothers' Studio, que más tarde se convertiría en la famosa The Walt Disney Company.  Aún tendría que superar otros obstáculos, como la pérdida de su serie estrella "Oswald el conejo afortunado" cuyos derechos estaban en manos de la Universal, o la producción del largometraje de “Blancanieves y los siete enanitos” que casi arruinó el estudio (por supuesto antes de convertirse en un éxito de recaudación, público y crítica). En 2010 Disney obtuvo unos ingresos de 2.900 millones de euros.

Y es que vivimos en un mundo que solo valora los resultados. Al final todo se reduce a tener éxito o fracasar. Si hemos logrado nuestro objetivo ganamos, sino perdemos. O blanco o negro. Sin embargo esta forma de ver las cosas oculta una parte de la realidad. No existen historias de éxito sin fracaso. Aquellos que han tenido éxito, que han logrado cosas extraordinarias, es porque lo han intentado innumerables veces, aprendiendo de cada uno de sus fracasos y perseverando ante los obstáculos que han encontrado en su camino. 


De Manual de Supervivencia para Emprendedores

Imagen de  Celestina Chua con derechos Creative Commons 

jueves, 8 de enero de 2015