Es algo más que
anecdótico. Asistí hace poco más de un año a unas jornadas organizadas por el
Iniciador (Valladolid). Para quienes no lo conozcan es una comunidad de
emprendedores (sin ánimo de lucro) que difunde valores empresariales, poniendo
en común un foro en el que empresarios de éxito comparten experiencias y
consejos.
El caso es que uno de
los principales problemas para crear una empresa es, sin duda, la financiación.
Y estaba yo en una de estas jornadas, como decía, en la que todos los presentes
teníamos un minuto para presentarnos al resto de los asistentes. El público
éramos básicamente emprendedores, pero resultaba muy fácil encontrar, al calor
del evento, profesionales de sectores de “apoyo” a la empresa que aprovechaban
el encuentro para localizar futuros clientes.
Entre segundo grupo
había de todo. Representantes de consultoras relacionadas con el mundo de la
calidad, de asesoría tecnológica, de seguros, prevención de riesgos laborales,
etc. Sin embargo no había ni uno solo del mundo financiero. Ningún banquero o
directivo de Cajas de Ahorros. ¿Cómo no va a haber dificultades de
financiación?
Cuando un futuro
empresario acude a una de estas entidades para obtener financiación, lo normal
es que le exijan un plan de empresa en condiciones, para que (si se trata de un
banco potente) su evaluador de riesgos determine si lo ve factible. Pero el
problema es que los criterios de viabilidad de una startup nunca pueden ser los
mismos que los de un negocio consolidado.
Si por el contrario
nos fijamos en Estados Unidos, el país donde la tasa de nacimiento empresarial
es mayor en cantidad y calidad, observamos que de las 50 primeras empresas hay
al menos 20 que no existían hace 30 años. Es decir, que desde que han nacido se
han convertido en líderes en poco tiempo. Si atendemos a su financiación en
origen vemos como mucha no se obtuvo en bancos. Sin embargo encontraron su
apoyo en instituciones especializadas en este tipo de inversiones, como las
Sociedades de Capital Riesgo.
Lo relevante no sólo
que en nuestro país la financiación de nuevos proyectos no encuentre acogida en
el sistema bancario. El problema más grave es que en España tampoco existe una
verdadera red alternativa de Sociedades de Capital Riesgo o “Bussines Angels”.
Hasta tal punto de que ¿se puede citar alguno de memoria?
Fotografías para
prensa de Iniciador Madrid. Enlace Iniciador Valladolid.
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