viernes, 25 de marzo de 2016

De Twitter, troles y otras obviedades

No me gusta Twitter. Lo he intentado, pero al final tengo una cuenta como quién tiene ropa de entretiempo, la tengo por tener pero nunca la uso. Vale, tiene innegables virtudes. La mayor sin duda es la velocidad a la que propaga la información. Dicho esto es un red de, por y para troles.

En 140 caracteres no hay espacio para mensajes complejos. No es de extrañar por tanto que sea la red favorita para los partidos políticos que se encuentran cómodos en eslóganes y críticas huecas. Además nuestra forma de vivir la política, cual seguidores de un equipo de fútbol cuya única meta es superar al adversario, se presta a comparaciones fútiles como la de competir por quién tiene mayor número de seguidores (como si estos aportaran credibilidad o no se pudieran comprar). Por su puesto las respuestas e interacciones directas de estos mismo partidos con sus seguidores (o críticos) son despreciables comparadas con el volumen de publicación de tweets. Y es que no es una red para dialogar o convencer, sino para hacer propaganda.

Tampoco faltan los usuarios emboscados que esperan un tropiezo, un desliz o directamente que la manada señale una víctima para arrojar toda su bilis y rabia con sus supuestamente jocosos comentarios. Compitiendo por quién tiene más notoriedad (o sea quién suele llegar más lejos con el trazo grueso).

Como muestra un botón. Un tal señor Dani Rovira presenta la gala de las Goya. Vaya por delante que no he visto la gala en cuestión. Y estoy seguro que su papel distó mucho de ser perfecto (más que nada porque nada lo es y porque nunca llueve a gusto de todos). Pero qué podemos esperar de las crítica de Twiiter, pues mensajes trol que no aportan nada: "Este Dani Rovira no puede ser más gilipollas el pobre #Goya2016", "Rovira es Mega gilipollas #Goya2016" o "que idiota dani rovira chaval". ¿Dónde queda la crítica constructiva? Patinó en esto, o no estuvo acertado en este otro, o no me gustó su intervención en este punto por estos motivos, etc.

Y es que aunque la red no tiene la culpa de que sus usuarios se comporten como idiotas, si es una red que por su forma de funcionar acaba atrayendo a un buen número de estos. Lo dicho no me gusta Twitter.