miércoles, 2 de noviembre de 2011

Dos chichos listos


Me encontraba de viaje, uno largo y aburrido, normalmente me gusta aprovechar llevando algo de lectura pero este caso fue una urgencia y no tuve más compañía que el móvil con el que aproveche para releer algunos artículos que había escrito en este blog. El caso es que tuve la percepción de que los artículos referidos al mundo de los emprendedores resultaban un poco pesimistas.

Así que me apetece compartir un ejemplo que tuve la fortuna de escuchar al profesor Xavier Sala i Martin. Yo en aquel momento ignoraba su currículo. Profesor de la Universidad de Columbia en Nueva York, habiéndolo sido también profesor en Yale y Harvard (entre otros). Entre sus muchos reconocimientos ha recibido el Distinguished Teacher in Graduate Economics de la Universidad de Columbia en 1998 y en 1999, y los de Yale en 1992 y 1995.

El caso es que nos contó el ejemplo de dos chicos muy listos, uno de ellos muy listo, y otro no tan listo (de hecho, tan no-listo que ni siquiera aprobó el Bachillerato). Mientras el listo se fue a estudiar a Harvard, el menos listo se quedó en casa, en Seattle.

Eran la época de los años setenta, la época de los microordenadores, y los dos chicos se inventaron un programa que servía para contar los coches que pasaban por la calle automáticamente. Al ser de muy poca utilidad, lo utilizaban como juego o como un reto intelectual. Durante las navidades el menos listo fue a ver al listo que estaba estudiando en Harvard. En el avión leyó en una revista que una empresa productora de Texas (me parece que era la Sinclair), hacía un concurso entre los lectores para que hicieran un programa que fuera un especie de base sobre la que se instalaran otros programas (lo que hoy en día llamamos sistema operativo). Cuando el chaval listo vio el artículo, pensó que podían adaptar el programa de contar coches para crear ese programa madre. Pero en lugar de presentarlo al concurso, decidieron montar su propia empresa, y vender el programa a la población. La nueva empresa se llamó Microsoft, el chico listo se llamaba Bill Gates y el menos listo Paul Allen. Durante mucho tiempo, Bill Gates ha sido el señor más rico del mundo y el menos listo Paul Allen el segundo (lo cual demuestra que Bill Gates es el más listo de los dos).

Este pequeño relato viene a propósito de que el 21% por ciento de las empresas de éxito fueron fruto de la casualidad. Y es que lo mismo no es tan malo desempolvar esa idea del cajón.

Nota: Imagen con derechos Creative Commons. Autor khalid Albaih

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