miércoles, 19 de octubre de 2011

España y la financiación de las PYMES


Es algo más que anecdótico. Asistí hace poco más de un año a unas jornadas organizadas por el Iniciador (Valladolid). Para quienes no lo conozcan es una comunidad de emprendedores (sin ánimo de lucro) que difunde valores empresariales, poniendo en común un foro en el que empresarios de éxito comparten experiencias y consejos.

El caso es que uno de los principales problemas para crear una empresa es, sin duda, la financiación. Y estaba yo en una de estas jornadas, como decía, en la que todos los presentes teníamos un minuto para presentarnos al resto de los asistentes. El público éramos básicamente emprendedores, pero resultaba muy fácil encontrar, al calor del evento, profesionales de sectores de “apoyo” a la empresa que aprovechaban el encuentro para localizar futuros clientes.

Entre segundo grupo había de todo. Representantes de consultoras relacionadas con el mundo de la calidad, de asesoría tecnológica, de seguros, prevención de riesgos laborales, etc. Sin embargo no había ni uno solo del mundo financiero. Ningún banquero o directivo de Cajas de Ahorros. ¿Cómo no va a haber dificultades de financiación?

Cuando un futuro empresario acude a una de estas entidades para obtener financiación, lo normal es que le exijan un plan de empresa en condiciones, para que (si se trata de un banco potente) su evaluador de riesgos determine si lo ve factible. Pero el problema es que los criterios de viabilidad de una startup nunca pueden ser los mismos que los de un negocio consolidado.

Si por el contrario nos fijamos en Estados Unidos, el país donde la tasa de nacimiento empresarial es mayor en cantidad y calidad, observamos que de las 50 primeras empresas hay al menos 20 que no existían hace 30 años. Es decir, que desde que han nacido se han convertido en líderes en poco tiempo. Si atendemos a su financiación en origen vemos como mucha no se obtuvo en bancos. Sin embargo encontraron su apoyo en instituciones especializadas en este tipo de inversiones, como las Sociedades de Capital Riesgo.

Lo relevante no sólo que en nuestro país la financiación de nuevos proyectos no encuentre acogida en el sistema bancario. El problema más grave es que en España tampoco existe una verdadera red alternativa de Sociedades de Capital Riesgo o “Bussines Angels”. Hasta tal punto de que ¿se puede citar alguno de memoria? 

Fotografías para prensa de Iniciador Madrid. Enlace Iniciador Valladolid.

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