martes, 25 de octubre de 2011

“Hiperactividad” legislativa y los emprendedores


Desde la propia Unión Europea, pasando por las Cámaras del Gobierno, las Comunidades Autónomas, los Ayuntamientos o las Diputaciones, nos encontramos en un mundo en el que lo público tiene una fuerte presencia en nuestras vidas.

La consecuencia es que muchos de estos organismos, además de sus propias y legítimas competencias, tienden a vivir en un permanente estado de “hiperactividad” legislativa. A fin de cuentas, su interminable producción de normas y leyes, es una forma de justificar su existencia y la excusa perfecta para demandar mayores dotaciones presupuestarias.

El problema es que los ciudadanos somos al final paganos de esta ceremonia de la confusión. Por ejemplo. España es el país de la Unión Europea a 27 en el que más tiempo se tarda en cumplir con los trámites y procedimientos necesarios para poder abrir una empresa: 47 días, según datos del Banco Mundial en su informe anual (Doing Business) Y es que en el caso español la situación no ha mejorado nada desde el año 2006.

Esto se da porque nos encontramos con un marco legal terriblemente difuso, con legislación nacional, autonómica y local, a menudo ambigua y contradictoria. Y es que incluso cuando el emprendedor se puede permitir dedicar un gran esfuerzo, en tiempo y dinero, para entender la reglamentación y encajar su negocio al marco legal se encuentran con que la institución de turno puede realizar una interpretación distinta de la normativa.

A la luz de estos datos no resultas sorprende que en marzo de 2011 hubiera una media de 3.089.588 personas registradas en el Régimen Especial de Trabajadores autónomos según los datos de “Afiliados ocupados a la Seguridad Social”. Es decir 96.412 autónomos menos que funcionarios en alguna de las administraciones o empresas públicas. Y es qué ¿quién quiere ser emprendedor? 

Nota: Imagen con derechos Creative Commons. Autor freshwater2006

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